Miguel Cantilo se traslada al sur dela Argentina, más exactamente a El Bolsón, para continuar la experiencia comunitaria iniciada en la casa de la calle Conesa de Buenos Aires. La experiencia desarrollada en este periodo está relatada en el libro ¡Chau Loco! (ver sección publicaciones). Junto a uno de sus compañeros, Kubero Díaz (La Cofradía de la Flor Solar, La Pesada), escribe la mayor parte de los temas que conformarán el álbum. Sin embargo Kubero no será de la partida a la hora de grabarlo durante 1973. Lo reemplaza en la guitarra Willy Pedemonte (Piel del Pueblo) quien realiza un intenso y encantador trabajo. Junto aellos participan Jorge Pinchevsky en violín, Alejandro Marassi en bajo y Diego Villanueva en batería. Si bien no faltan los temas de corte folk, en este caso inmersos en una atmósfera psicodélica, en contra de lo que podría pensarse, la atmósfera rural, parece haber electrificado los conceptos musicales de Cantilo, quien ha comentado que estaba muy atraído por el sonido de bandas como Led Zeppelín, y presenta temas como “Sur Alabanzas” o “La Leyenda del Retorno”. En este último hay una evidente y muy comentada alusión al regreso del líder justicialista Juan Domingo Perón. La voz de Miguel se encumbra a alturas desgarrantes, la guitarra de Pedemonte es deslumbrante y las apariciones de Pinchevsky son de las más interesantes de este periodo.Comentario proveniente de Rock Argentino en los 70'.
martes, 17 de abril de 2007
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